¿Ha sido fuerte el inicio del 2022 o soy la única? Desde enero el año partió con un nivel de intensidad emocional de aquellos. Mientras escribo, una parte de mí siente ese cansancio de diciembre… no sé si son los planetas, la vida misma (que está loca) o la acumulación de los últimos años. Pero ciertamente, este 2022 he necesitado de dosis extras de amor propio.
Lograr espacios reflexivos y de autocuidado es necesario, nos perdemos en la rutina, las excusas y las redes sociales y ¡pum! Nos desconectamos, perdemos el norte y empezamos a navegar las aguas de la mente inquieta. Suben las preocupaciones, el nerviosismo, los escenarios fatalistas imaginarios y nada bueno surge de ahí, se los digo yo que soy experta en sobre pensar.
Para esos momentos y en los días ‘reguleques’ lo mejor es rociarse con un poquitín de amor propio, que para mí son espacios de bienestar que me cambian la energía y que he estado incorporando en los últimos meses. ¡Baja tus decibeles! Te ayudo un poco con lo que estoy practicando yo actualmente:
- Escribo en un cuaderno todo lo que siento. Sin filtro. Mis ideas más locas, mis miedos más irracionales, mis esperanzas y sueños… todo. Después lo leo en voz alta, a veces hacerlo me hace llorar y me alivio, me aclaro y quito las preocupaciones de mi mente. Ese ejercicio lo hago en la mañana o la noche, lo recomiendo de todas maneras.
- Me regalo una mañana slow. Un día a la semana, me tomo un despertar más largo. Me quedo un rato más en la cama, hago cinco respiraciones, me llevo algo calentito, escucho música o leo, sin celular. A veces escribo también en ese rato. Y luego parto a la ducha, una delicia.
- Me metí al gimnasio y esa rutina me devolvió la paz mental. Ustedes saben que trabajo desde la casa y lo amo, pero necesitaba hacer algo solo mío puertas afuera. Esa hora no pienso en nada más que en el ejercicio que estoy haciendo, siento que estoy fortaleciendo mi cuerpo y ganando paz mental.
- Ahora que empezó a hacer más frío, estoy recuperando los baños de tina. Y preparo el ambiente, prendo velas, pongo un aromatizador, utilizo sal de mar o sales de baño y me entrego a la sensación del agua, que además energéticamente es purificadora y relajante.
- Mejoré mi alimentación. Por razones de salud y porque estoy en recuperación de un brote grande de acné, comencé una dieta antiinflamatoria que ha sido espectacular. Me he sentido mucho mejor, mi piel está empezando a expresar una mejoría también y ha repercutido en el ánimo y en un mejor descanso. Nunca subestimen el poder de la alimentación, también es un regaloneo y es autocuidado. No soy fanática eso sí, mientras escribo me comí un muffin lleno de azúcar y harinas blancas (que no debería comer), pero mientras sea la excepción y no la regla estamos bien.
- Uso aceites esenciales que incluyen bergamota, limón o mandarina si quiero estar más animada, de rosa cuando me siento temerosa y de lavanda cuando estoy muy estresada. Me los aplico en la sien, el pecho y las muñecas.
- Reírse. Para mí la risa es fundamental. Yo soy muy positiva en general y además disfruto del humor, todos los días busco una instancia para reír, desde jugar con mi gata, ver videos en tik tok, hablar con alguna amiga que sea chistosa…. Tomarse la vida con humor y encontrarlo en lo cotidiano mejora todo y nos pone en un estado más receptivo.
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