New look, new me: ¡Hola castaño!
¿Les pasa que cambian de pelo y como que cambian de personalidad? Esa es la magia de la peluquería y los cambios de look. En este momento me siento lo máximo como una nueva castaña. Aunque mi pelo natural es castaño claro, la mayoría del tiempo lo he tenido más cercano al rubio.
Llevaba varias semanas con la idea fija de hacer un cambio, en general, me aburro rápido del pelo y esta vez quería sacarme de encima el rubio. Cuando cumplí 38 en mayo, me vino una sensación de aburrimiento del look y también sentí que el pelo tan claro me hacía ver mayor y más cansada. La explicación es colorimetría pura, mi paleta de colores es fría (particularmente, soy invierno, es decir me favorecen los colores intensos, oscuros y fríos: azules, morados, rojo sangre, fucsia, etc.). En ese sentido, la calidez del rubio, al estar tan cerca de la cara destaca más las ojeras, líneas de expresión e imperfecciones. De cierta manera ‘choca’ con la piel.
Si se fijan en la foto de antes y después, notarán que los pómulos se ven más altos y rellenos con el pelo más oscuro, la piel se ve mejor y los ojos más brillantes. Eso ocurre cuando un color les favorece, para que lo tengan en consideración.
Fui a Palumbo de Costanera Center y me atendió Darwin, quien realmente supo leer lo que yo quería. Parece fácil, pero no es llegar y tonalizar, no porque sea castaño, da lo mismo lo que te pongas. Hay que considerar la base que tienes, tanto natural como lo que está decolorado, el color al que quieres llegar y lograr cierta duración del tono.
Yo estaba en una altura de entre 8 y 9, bastante claro y a esas alturas, oxidado también. Darwin combinó varios tonos: 09B (contiene azul para matizar amarillos), 09P (contiene pigmentos morados regular los tonos naranjas) y agregó un 07NW y un 06N (tonalidades de castaño más neutro que aportarían el pigmento).
¡El resultado me encantó! Y aunque reconozco que me dio nervios despedir al rubio, también me sacó un peso de encima. Es raro, pero una se aferra a algunas cosas sin darse cuenta y me gusta mucho este resultado más natural. ¡Me liberé de la esclavitud de los miles de cuidados del pelo decolorado! Mi melena se ve brillante y sedosa, quedó un poco más clara en las mechas decoloradas y eso aporta dimensión y movimiento a los rulos. Esto me permite dejarme crecer el pelo sin ese ‘casco’ que se empieza a formar cuando tienes balayage, así que me da bastante holgura para espaciar los teñidos y destinar ese tiempo y presupuesto para reparar el pelo que está algo reseco, en vez de seguir decolorando.
Si tienen la oportunidad, aprovechen de sumar un tratamiento hidratante después de la coloración, siempre es bueno dar un refuerzo al pelito después de procesos químicos. Yo aproveché una promoción de la línea de keratina de Jenoris y mis rulos quedaron fantásticos: voluminosos, suaves e hidratados, me dieron ganas de comprarme el tratamiento para continuar usándolo en casa.
Volveré en un par de meses a retocar el color para que se termine de afirmar. Cuando has decolorado mucho el pelo, este tiende a ‘botar’ el pigmento rápidamente por lo que en unos dos meses más debo retocar para que el castaño se ‘aferre’ a la hebra capilar y no se salga tan fácil. Por ahora me siento renovada y me encanta, si estás pensando en concretar un cambio, esta es tu señal.