29 / 10 / 2021

Si tu alma es rubia como la mía, esta columna es para ti

Si tu alma es rubia como la mía, esta columna es para ti

He tenido el pelo de muchos colores, pero mi favorito es el rubio. Un estilista me dijo una vez que era un alma de rubia atrapada en un cuerpo de castaña, me reí, pero tal vez sea cierto, porque es como más me siento yo. Puede parecer banal para muchas personas, pero, para mí, el pelo refleja la identidad y personalidad de una persona.

Ser rubia (de mentira) la mayoría de las veces es un camino de ida. Creo que hay pocos tonos tan adictivos como el blonde. Ilumina la cara, es llamativo y en mi caso permite que los rulos se luzcan mejor que con un tono oscuro. Sin embargo, como todo en la vida, no es para todo el mundo: no es tan fácil de lograr ni de mantener, requiere tiempo, dinero, paciencia y cuidados.

La decoloración

Si bien mi color natural es un castaño medio, yo necesito más que un súper-aclarante para lograr el rubio que quiero y la decoloración no es algo para tomar a la ligera. Lo primero que debes preguntar a tu estilista es cuántas decoloraciones se necesitan para llegar al tono deseado y según tono base + el grosor de tu hebra capilar, determinar cuántos volúmenes debe tener el agua oxigenada. Este punto es fundamental, porque una cosa es ser rubia y otra muy distinta es asesinar tu melena. Si quieres un rubio muy claro, ¡por favor ten paciencia! No pretendas aclarar todo en una sola visita a la peluquería. Si tu cabellera es castaño oscuro, debes saber que por lo menos necesitarás tres decoloraciones. Ir de a poco logrará un mejor resultado. Sí, es tiempo y plata, pero ¿de qué te sirve el pelo rubio si se ve como una escoba?

Siempre preparo mis rulos antes de decolorar e intento hacer en casa al menos dos tratamientos de hidratación y/o nutrición antes de mi cita con la estilista. Eso permite que el pelo llegue en mejor estado para resistir los procesos químicos.

Los cuidados

El rubio requiere de buenos ingredientes. Aquí la calidad se nota. Lamentablemente, no he conocido hasta ahora de tratamientos de farmacia o supermercado que igualen la calidad de las marcas de uso profesional. Esto es importante porque un cabello decolorado está más reseco y débil, tiende a ser más quebradizo y necesita de mayor nutrición (con proteínas y vitaminas) e hidratación. Ahora que hace más calor retomo mis tratamientos reparadores semanales. Lo hago desde casa y ahí conviene comprar un buen pote, es más caro, pero dura muchísimo. Yo que tengo el pelo sobre los hombros compro solo una vez al año, lo que resulta sumamente conveniente.

El rubio, además puede tender rápidamente hacia el amarillo o naranja, según tu tono base, para lo cual deberás utilizar champú violeta o azul, respectivamente como parte de tu rutina de mantención, una vez por semana. En mi caso, el champú azul me mantiene el tono perfecto entre matizaciones y nuevas decoloraciones.

Siempre me corto las puntas tras un proceso de decoloración, me ayuda a revitalizar mis rulos y como ya llevo muchas decoloraciones a cuestas, hay pelo que simplemente no resiste más y no queda otra opción más que eliminarlo.

El retoque

Cuando eres rubia de mentira llega un momento en que el champú azul o violeta no es suficiente y es necesario volver a tonalizar. Aquí se usa una tintura sin amoniaco para devolverle al rubio el tono original, ese que te quedó después de los primeros lavados. Esto puede ayudar a alargar los tiempos entre una decoloración y la siguiente.

El rubio es un tono demandante. Y si tu base es oscura, aún más. Considero que el balayage es el mejor invento para no estar “obligada” a ir todos los meses y permite ir a la mantención cada tres meses aproximadamente. Esta vez se me fue la mano, sin darme cuenta pasaron ¡seis meses! Mi pelito estaba oxidado y había crecido tanto que se empieza a armar una especia de ‘casco’ oscuro. Era necesario volver a decolorar.

Fui a Palumbo del Costanera Center y me atendí con Diva Rubio, lo tomé como una señal del Universo, porque con semejante nombre era imposible ir mal. Es fundamental dar con el especialista que entienda lo que quieres, lo respeta y te guía con su conocimiento para no meter la pata (que de eso tengo mucha experiencia, si leyeron la columna de chascarros capilares lo sabrán). La cosa es que ella captó inmediatamente lo que yo quería así que me entregué con confianza. Fue súper preocupada del estado del pelo y de no sobre procesarlo. La capa de arriba de mi melena tenía muchas decoloraciones encima por lo que rápidamente se puso blanquecino, no así la mitad inferior, que quedó más anaranjada. La experiencia profesional es fundamental en estos casos, porque la solución fue tonalizar cada mitad con un tono distinto para que quedara parejo. Y me fui feliz con mis rulos más claros, un poco de raíz para que no se note el crecimiento y lista para volver en tres meses más.


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