Todos, sin excepción, pasamos por momentos en que no queremos nada y nos sentimos desganados y sin energía. A estas alturas del año es normal, después de un segundo año de Pandemia… ¡peor! Y si, como yo, se lanzaron a emprender, ¡UF! PESA EL AÑO. ¿Cómo reconectar con la energía? ¿Cómo recuperar la motivación y el enfoque? Hay varias cosas que hago y que me ayudan un montón.
- Busco pausas que me permitan refrescar la cabeza, por ejemplo, salir a caminar, pueden ser 15 minutos para tomar aire fresco, mover las piernas y así salir del atrapamiento. Otras veces me preparo un café, leo un ratito o cierro los ojos algunos minutos. Otras veces, lo que me funciona es cambiarme de lugar de trabajo. Yo lo hago desde mi casa, entonces si estaba en el comedor, me voy al escritorio (o viceversa).
- Hago listas y las separo según la urgencia de la tarea. En esos días, intento postergar aquellas demasiado tediosas o que necesitan de más inspiración. En cambio, comienzo con las tareas que sé que puedo sacar rápido, eso me motiva y muchas veces me energiza porque me siento más productiva y relajada (voy sacando pendientes), y sin darme cuenta hice mucho más de lo que tenía previsto.
- Busco pequeñas dosis de naturaleza: si cuento con algo de tiempo me voy a un parque, me compro un jugo y me instalo al sol. Aunque no esté mucho rato, eso me hace sentir renovada.
- Potencio la alta vibración: prendo inciensos, velas, escucho frecuencias vibratorias y procuro que mi espacio se sienta liviano.
- Mejoro mi estado de ánimo escuchando música que me prenda, me maquillo y me visto con ropa que me guste. Sentirme linda me lleva a un estado mental más “ejecutivo” y he notado que logro ser más productiva.
- Me rodeo con personas positivas, estos son los momentos para tomarse un cafecito con esa amiga o amigo que siempre te hace reír, te levanta o aporta con ideas creativas. Y, en general, consejo para la vida, rodearse con persona que te suman y evitar las que te drenan.
- ¡Tomo más agua y como más liviano! Me di cuenta que la alimentación influye en mi rendimiento, si consumo mucha azúcar o como más pesado mi energía baja. Cuando ando más lenta prefiero alimentos más livianos y aumento la ingesta de agua para estar pilas durante el día.
- Aumento el foco en la actividad deportiva, el movimiento me llena de energía y aclara mi mente. Me puedo concentrar mejor y me siento más activa.
- Intento trabajar con amigas, así nos apoyamos y comprometemos a cumplir con los objetivos del día. De paso es divertido, el día se vuelve diferente y sin darme cuenta salí de esa nube gris de la escasez de motivación e inspiración.
- Me recuerdo el por qué hago lo que hago. Reconectar con el sentido y el amor por mi trabajo y mis actividades me devuelve la fe en mí, reviso las razones por las que emprendí y vuelvo a apreciar las actividades de mi día a día.
¿Hacen algunas de estas cosas? Cuéntenme a través del Instagram @Palumbo_chile y me etiquetan (@lafrancolussa) para leerlas y leerlos.
